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Ruta "Castillo de Azagala"

Mayo 2014

      Ruta de 17 kms. realizada el 11 de mayo de 2.014.  El “Club” ya empezada a ser conocido en el pueblo y después de las últimas rutas organizadas, la gente tenía ganas de caminar y conocer más lugares de nuestro entorno.  En esta ocasión visitamos el Castillo de Azagala, en el término municipal de Alburquerque.  Concertamos en el Complejo “Los Cantos” el desayuno y la comida.  Empezamos con el estupendo desayuno que nos ofrecieron en sus instalaciones donde los empleados y el dueño nos atendieron de maravilla.  Desde allí partimos en autobús a la salida de dicha ruta. 

      Eran aproximadamente las 10:00 de la mañana cuando comenzamos a recorrer los caminos hacia el Castillo de Azagala, pasando por distintas granjas.  Dehesa típica, escasa vegetación, encinas dispersas, un día estupendo y el terreno suave, hasta las cercanías del castillo donde ya se empinó y el abuelo “Pepe” decidió esperarnos debajo de un árbol a la orilla del embalse “Peña del Aguila”.  En el camino tuvimos que abrir distintas cancelas y el último kilómetro se hizo especialmente duro, por la subida y por la cantidad de piedras sueltas en el terreno.

      Alcanzado el Castillo, se informó a los caminantes de que el mismo era privado y estaba abandonado desde hacía 17 años.  No obstante, todos quisieron visitarlo.  Lo primero que llamó la atención fue el estado ruinoso en que se encuentra, derrumbes en distintas estancias y mucha maleza en los patios.  En las distintas estancias había mobiliario destrozado, cortinas de terciopelo, y hasta una enorme mesa de villar, que viendo sus dimensiones y  las de las puertas de aquel salón, intuimos que la misma fue fabricada en esa estancia.

       Subimos a la Torre de Armas a través de una escalera de caracol, y las panorámicas desde esa altura eran impresionantes.  El embalse de “Peña del Águila” en toda su extensión, dirección oeste el Castillo de Luna en Alburquerque, en los roquedos aledaños numerosos buitres anidando y volando sobre nuestras cabezas.  Al otro ala del castillo se divisaba la Torre del Homenaje, con una campana estilo mudéjar.  Volviendo al interior del castillo, pudimos ver las galerías acristaladas de colores  (muchas rotas) en la parte noble del mismo.  Después visitamos la capilla que había en la parte baja y regreso al punto de partida.

      La vuelta se hizo especialmente pesada, por la sequedad del terreno y el calor que terminó haciendo.  En la parte baja de la falda del castillo, recogimos al abuelo “Pepe” y a continuación los empleados de “Los Cantos” nos llevaron un avituallamiento de agua y fruta.  Rafa y Pepe aprovecharon y se montaron en el coche y no quisieron saber más de la ruta. Ya era hora de la cerveza.  Llegamos al punto donde nos dejó el autobús y vuelta a “Los Cantos”.  Nos ofrecieron una estupenda comida y pudimos disfrutar de sus instalaciones hasta por la tarde, en que regresamos a Valdebótoa.  Desde aquí dar las gracias al dueño de “Los Cantos” y a sus empleados y en especial a Montse, que nos trató de maravilla.

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